Fallos de colección

El primer secretario de la Corte, José Miguel Guastavino, fue el responsable de la publicación del tomo inaugural de los fallos “de la Suprema Corte de Justicia nacional con la relación de sus respectivas causas”, tal como se leía en la portada del libro que inició la serie, en septiembre de 1864. 

Editado en Buenos Aires en la antigua imprenta de Pablo E. Coni, que funcionaba en Perú 101, el Tomo está encabezado por un prefacio del propio Guastavino que le asigna al Poder Judicial “la augusta y delicada misión de interpretar y aplicar (...) la Constitución y las leyes, dando a los individuos y a los pueblos los derechos naturales y políticos que la ley fundamental les reconoce”. 

Allí señala a la Corte como la “encargada de hacer que la Constitución eche hondas raíces en el corazón del pueblo, se convierta en una verdad práctica y los diversos poderes, nacionales o provinciales, se mantengan en la esfera de sus facultades”. Sobre las decisiones del Máximo Tribunal, anuncia, “es preciso que sean conocidas del pueblo”. Y explica: “Al lado de la influencia y poder que ejercen sobre la garantía de los derechos y sobre la suerte y organización del país es necesario agregar la publicidad, no solo porque todos los que habitan el suelo de la República pueden ser en ellas heridos o respetados en sus derechos, sino también para levantar ante el tribunal de la Corte Suprema el poder de la opinión del pueblo”.